lunes, 7 de abril de 2014

JOSSELYN GALLARDO

              RELIGIÓN DE LA CULTURA CHINA
               NOMBRE: JOSELYN GALLARDO
          


Las religiones de China


Cada pueblo tiene la religión que hereda de los antepasados. Este aforismo ampliamente difundido es en China más cierto que en otros países. Los estudiosos dicen que la primitiva religión de los chinos, como de los pueblos que vivían cerca de ellos, era el culto a los antepasados, y a las fuerzas de la naturaleza, a las que creían dotadas de espíritus propios. Precisamente estas dos religiones primitivas han impregnado de forma evidente los dos sistemas filosóficos y religiosos más importantes de la historia china, respectivamente el confucionismo y el taoísmo.
El culto a los ancestros en China
Posiblemente la práctica religiosa más extendida en China es el culto a los ancestros. Un culto que de alguna forma se extiende desde las primeras manifestaciones de su cultura, hasta nuestros días, y que se apropia o utiliza las tres religiones principales taoísmo, budismo y confucianismo. Aunque el culto a los ancestros se suele relacionar con el confucianismo, su origen es mucho más antiguo, extendiéndose su práctica a todas las esferas de la vida religiosa china. A lo largo de este tiempo como religión primordial de los chinos, ha pasado a convertirse en la piedra angular de su vida familiar y social, y en la propia esencia alrededor de la que se construye el carácter de cada persona.
Desde el pasado remoto los chinos consideraban que la persona estaba formada por un cuerpo y varias almas, que no morían con el cuerpo, sino que tras la muerte pasaban a vivir en el mundo de los espíritus. En ese mundo los muertos tenían las mismas necesidades que cuando estaban vivos, comida, ropa, armas, adornos, etc. Objetos que les eran proporcionados por sus descendientes vivos, generalmente enterrados con ellos en las tumbas, o mediante los sacrificios ante las tabletas de los ancestros. Esa es la razón de que en las tumbas antiguas de los reyes y emperadores se hayan descubierto magníficos tesoros que reflejan las necesidades que el fallecido podía tener en el mundo de los espíritus, incluyendo objetos de culto, soldados, guardianes y artículos de su vida cotidiana.
Al igual que cuando estaban vivos los ancianos eran respetados, cuando morían y se convertían en ancestros, eran aún más venerados, pues aunque en ese estado pasaban a depender de sus descendientes vivos, que durante cada comida les ofrecían unos granos de arroz o un poco de vino en los altares de sus hogares, a su vez adquirían la capacidad de bendecir y ayudar a sus descendientes, proporcionándoles prosperidad, felicidad y fortuna. Si bien se creía que los antepasados estaban presentes continuamente, como demostraba la presencia en cada hogar de la tableta de los ancestros, su presencia se hacía más evidente durante algunas festividades y celebraciones, cuando se creía que compartían las ofrendas que sus descendientes les proporcionaban. Pero si a estos ancestros no se les proporciona las cosas que necesitan, se enfadan y hacer daño a sus descendientes. Se convierten en demonios.
Los ancestros de los clanes más poderosos, de los clanes reales, se convirtieron en los tiempos antiguos, en los dioses de todos sus súbditos.
Restos de estas creencias primitivas se encuentran todavía hoy en día en las religiones de algunas de las minorías que habitan en las zonas montañosas del Sur y del Suroeste. De hecho, el mito de Pangu, el creador del universo y todo lo que éste contiene, arrinconado por los chinos en el terreno de la fábula hace ya muchos siglos, mantiene hoy en día una presencia viva en la cultura y religión de varios pueblos indígenas del Sur de China.
Cuando se habla de la religión en China hay una discusión permanente entre los que opinan que los chinos son ateos por naturaleza, y los que aseguran lo contrario. Tal vez ayude a entender mejor la relación de los chinos con la religión, si consideramos que estas religiones primitivas han sido la base sobre la que se han superpuestos las subsiguientes religiones nacionales e importadas.
COMENTARIO Al igual que cuando estaban vivos los ancianos eran respetados, cuando morían y se convertían en ancestros, eran aún más venerados, pues aunque en ese estado pasaban a depender de sus descendientes vivos, que durante cada comida les ofrecían unos granos de arroz o un poco de vino en los altares de sus hogares, a su vez adquirían la capacidad de bendecir y ayudar a sus descendientes, proporcionándoles prosperidad, felicidad y fortuna

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